¡Hola!
Tras unos meses de retiro vuelvo a la carga. Siento la
tardanza en actualizar más el blog pero no he ido muy bien de tiempo. Espero
poder actualizar a partir de ahora con más asiduidad.
Hoy vengo a hablar del famoso huevito de maquillaje, la
Beauty blender.
He tardado bastante en comprarla porque me parecía
excesivamente cara para ser una esponja y, además, no soy muy amiga de ellas
para aplicar una base de maquillaje. Siempre pienso que se pierde mucho más
producto que si se aplica con una brocha o con las mismas manos.
Pero llevo unos meses usando la base de Nars Radiant compact foundation,
que es en crema y realmente la aplicación me gusta mucho más con esponja. De
hecho, en el estuche, viene una de regalo pero es cuadrada y me parece algo
incómoda. Ya que cuando la estás usando, se dobla y obliga a “arrastrarla”
demasiado por la cara.
Después usé la típica esponjita con forma triangular y
parece que me comí la base. Se me acabó en seguida y es por lo que decía antes,
la base penetra demasiado en la esponja y se desperdicia producto.
Entonces, casualmente entré un día en Maquillalia (también
tienen aplicación para smartphones) y me encontré con una oferta a la que no me
pude resistir. La Beauty blender estaba a 12,5€ frente a los 21€ que cuesta
habitualmente. (Tengo entendido que en Perfumerías Primor, está al mismo
precio). Ya no había excusas… ¡a la saca! Sigue pareciendo caro teniendo en
cuenta que es eso… ¡una esponja! Pero estoy encantadísima con ella y ahora os
cuento porqué.
CARACTERÍSTICAS
La Beauty Blender está diseñada por la maquilladora Rea Ann Silva y
sirve principalmente para aplicación de productos en crema, aunque realmente
vale también para bases fluidas, polvos, etc.
Además del diseño y la textura, se diferencia de otras
esponjas porque no contiene látex. De esta forma, las personas alérgicas,
pueden usarla sin problemas.
Hay tres esponjitas Beauty Blender en el mercado. La primera
y original, es la rosa. Poco después, sacaron la Beauty Blender Pure. Es la de
color blanco y está indicada para pieles sensibles. Y la última incorporación a
la familia es la negra, que básicamente es como la rosa en cuanto a
características, pero simplemente se le cambió el color para darle un toque más
profesional. Hay quien dice que incluso para darle un toque masculino.
MODO DE EMPLEO
Debe usarse en húmedo, así que el primer paso es dejarla
debajo del grifo y después, obviamente, escurrir toda el agua. La idea es algo
humedecida, no empapada.
Lo primero que me llamó muchísimo la atención es que
prácticamente dobla su tamaño al meterla debajo del agua.
Con la base de la esponja, cogeremos producto con pequeños
toques y, de la misma forma, lo trabajaremos en la piel. Se debe distribuir el
maquillaje a toques por todo el rostro, no arrastrando el producto.
La punta está pensada para aplicar de la misma forma el
producto en zonas con “recodos” como pueden ser las aletas de la nariz o la
zona de la ojera.
Cuando hayamos terminado de usarlo, debe lavarse. Yo lo hago
con Fairy directamente, pero si se desea, hay packs disponibles en los que la
Beauty Blender viene con un limpiador especial de la misma marca. No creo que
sea necesario, pero ahí está para quien quiera.
Lo que yo hago, es dejar que se seque en la misma cajita
donde viene al comprarla. Veremos como poco a poco va volviendo a su tamaño
inicial.
MI OPINIÓN
¿Es cara? Sí. ¿Volvería a comprarla? Sí, sí y sí.
Me encanta el acabado que deja en la piel especialmente con
bases más densas.
Por ejemplo, la he probado con la Studio Sculpt y no hay color entre aplicarla con brocha y con la Beauty Blender. Y eso que uso una mofeta para difuminar más la base.
En mi caso, al usar asiduamente la Radiant compact
foundation de Nars, es perfecta. Ya que antes de tener la esponjita, ya la utilizaba
en húmedo para un acabado mucho más natural.
También aplico correctores con ella y se integran
perfectamente en la piel.
En fin, es un gustazo.
¿Habéis probado la Beauty Blender? ¿Usáis algún otro tipo de esponjita para maquillaje?
¡Besos!
Laura